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Luego de que el pasado 17 de septiembre la Corte Suprema dejara firme su condena, el ex jefe de la Policía Federal en el gobierno de Fernando De La Rúa, el comisario Rubén Santos, se entregó este lunes ante el Tribunal Oral Federal 6 para comenzar cumplir los 3 años y seis meses de prisión por la represión de diciembre de 2001.
Santos estaba de viaje en España cuando la semana pasada la Corte Suprema rechazó un recurso de su defensa y le dio 72 horas para regresar al país.
Con la noticia de su condena firme regresó de manera anticipada a la Argentina por orden judicial y este lunes por la mañana se presentó en Comodoro Py 2002 para quedar detenido, informaron fuentes judiciales.
Santos había estado detenido por esta causa 5 meses y 19 días en 2002 por lo cual su condena se dará por cumplida el 28 de septiembre de 2027.
En tanto, la Corte Suprema también había dejado firme la condena al ex secretario de Seguridad Enrique Mathov a 4 años y 3 meses de prisión efectiva. El ex funcionario de la Alianza se había entregado el último jueves y quedó alojado en la cárcel de Ezeiza mientras se resuelve un pedido de arresto domiciliario por ser mayor de 70 años que hizo su defensa.
En el caso de Mathov, fue condenado el 18 de mayo de 2021 por tres homicidios culposos y por las heridas que sufrieron decenas de manifestantes en la zona de Plaza de Mayo durante la represión que precedió a la renuncia del fallecido ex presidente, quien resultó sobreseído en el caso.
El ex funcionario estuvo preso por esta causa 6 meses y 25 días desde el 1° de enero de 2002 y el 26 de julio de 2002, cuando se lo excarceló. Por lo tanto, según el cómputo de pena que hizo el tribunal su condena se dará por cumplida el 22 de mayo de 2028.
El Tribunal citó a ambos luego que la Corte Suprema de Justicia dejó firmes las condenas y rechazó por «inadmisibles» los recursos extraordinarios que presentaron las defensas. Santos y Mathov fueron condenados en un juicio oral en 2016 por el Tribunal Oral Federal 6
El exsecretario de Seguridad de Fernando De la Rúa, Enrique Mathov, en el centro, durante una audiencia judicial en 2016. Foto EFE / Télam /Juan RoleriEl veredicto de ese juicio oral fue apelado, lo revisó Casación y ordenó modificar las penas, que fueron reducidas a las que ahora la Corte dejó firmes al rechazar los recursos.
Mathov y Santos quedaron condenados por la muerte de tres de los manifestantes, Gastón Riva, Carlos Almirón y Diego Lamagna y las heridas que la policía causó a otros 20 durante las protestas en Plaza de Mayo, en medio del estado de sitio que había decretado De La Rúa.
Las declaraciones de los familiares de las víctimas durante el juicio
La viuda de Gastón Riva, uno de los asesinados a tiros en la represión a las manifestaciones del 20 de diciembre de 2001, relató en 2014 durante el juicio oral y público, que se enteró del crimen de su marido por los canales de noticias que transmitían la protesta en directo.
«Como a las 4.30 (a mi marido) lo vi. muerto por la tele» cuando era subido a una ambulancia del SAME, dijo María Arena, madre de los tres niños del matrimonio y confió: «No les pude decir a mis hijos que el papá estaba muerto, eran muy chicos».
La testigo declaró que finalmente encontró el cadáver de su marido en el hospital porteño Argerich y hasta consiguió hablar con un médico que lo había asistido: «Me dijo que lo había atendido en la calle, que hizo lo posible pero sabía que estaba muerto», recordó.
Marta Almirón, madre de Carlos «Petete» Almirón, muerto por la represión de diciembre de 2001. Foto Luciano ThiebergerEn tanto, Marta Almirón, madre de otro asesinado, Carlos «Petete» Almirón, también prestó testimonio aquella vez y conmovió a los jueces y a la audiencia al señalar: «Yo no crié un hijo para que venga la policía y me lo mate«.
Cómo fue la muerte de Gastón Riva
Una crónica de 2002, publicada un mes después de la represión de diciembre por Clarín. relató cómo fueron los últimos instantes de vida de Gastón Riva.
Riva nunca supo qué lo mataba: sintió el golpe terrible en el tórax, un fuego que lo quemaba con la velocidad del rayo y no supo nada más. Cayó de su moto Honda en la que estaba a horcajadas, mientras miraba la espiral de violencia que sacudía las calles del centro de Buenos Aires.
Placa que recuerda el sitio donde murió Gastón Riva. Foto Rolando Andrade Stracuzzi Cuentan quienes lo socorrieron que movía una mano. Y la lengua. Pero que estaba inconsciente. Lo levantó el chofer de una ambulancia en la esquina de las avenidas de Mayo y 9 de Julio. Entre quienes ayudaron a cargar el peso muerto de Riva alguien suplicó una obviedad teñida por la desesperación: «Llevalo que se muere».
Minutos antes, Riva y su amigo, Daniel Guggini, habían encarado con la moto por Avenida de Mayo, desde Bernardo de Irigoyen, rumbo a la Plaza de Mayo. «A los cincuenta metros, un grupo de cuatro policías empezó a disparar —contó Guggini en la causa— Riva se encorvó y cayó. Me muero… me muero… dijo. Le levanté la remera y vi la herida de bala en el lado izquierdo del pecho. No tenía orificio de salida».
Eran las cuatro y media de la tarde del jueves 20 de diciembre de 2001. Riva murió poco después, mientras los médicos del Argerich intentaban reanimarlo.
DS